La isla Catalina, virgen y deshabitada, es la estrella de este recorrido. Tendrás unas horas para disfrutar de su playa de arena rodeada de palmeras, que se extiende a lo largo de 2 km a lo largo de la costa oeste, y saborear un buffet a la parrilla con bebidas. Pero la diversión comienza incluso antes de aterrizar en el islote: hay una parada para practicar snorkel en el camino en el arrecife La Pared, un jardín de corales, esponjas y peces exóticos.
