Arte, historia y belleza se funden en esta joya de la Toscana, dando vida a una ciudad que merece la pena visitar al menos una vez en la vida. Cuna por excelencia del Renacimiento, Florencia alberga atracciones legendarias, actividades ineludibles y visitas guiadas de todo tipo en las que podrás participar. Desde las obras maestras de la Galería de los Uffizi hasta la majestuosidad del Duomo, descubrirás una ciudad atemporal, donde cada piedra cuenta una historia. Y después, una cena en una de las típicas trattorias, con un sabor auténtico y genuino, antes de rematar la velada por todo lo alto con un romántico paseo por el Lungarno.
Las seis mejores actividades para hacer en Florencia
1. Visitar el Duomo de Florencia
La Catedral de Santa María del Fiore, con su cúpula diseñada por Brunelleschi, es el símbolo de la ciudad de Florencia, así como una de sus atracciones más visitadas. Mientras que su exterior es hermoso gracias a la fachada de mármol multicolor, el interior es un tesoro de frescos, estatuas y vidrieras. Entre ellos destaca el famoso fresco creado por Vasari y Zuccari, una de las mayores superficies del mundo decoradas con esta técnica. La subida a la cúpula y la visita al campanario de Giotto ponen los pelos de punta.
2. Cruzar el Ponte Vecchio
Una de las atracciones más románticas de Florencia es el histórico Ponte Vecchio. En pie desde el siglo XIV, el puente ha sobrevivido a los estragos de las inundaciones y a la devastación de la guerra: fue el único puente de Florencia que sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día, el Ponte Vecchio está cerrado al tráfico, pero se puede cruzar a pie, para curiosear por las anticuadas tiendas que se alinean a ambos lados. Un paseo en el que sentirás que retrocedes en el tiempo y vuelves a la Florencia medieval.
3. Explorar el Palacio Pitti y los Jardines de Boboli
Una vez que hayas cruzado el Ponte Vecchio desde el casco antiguo, continúa un poco más hasta llegar al Palacio Pitti y los adyacentes Jardines de Boboli. El palacio fue una de las residencias de la familia Médici y es rico en historia y elegancia. Pero aún más llamativos son los jardines, considerados el mayor ejemplo de jardín italiano, decorados con esculturas, fuentes, laberintos y, por supuesto, plantas y flores de todo tipo. Merece la pena visitarlo especialmente en primavera, cuando florecen las flores, lo que lo hace aún más bello y fragante.
4. Visita guiada a la Galería de los Uffizi
Si solo tuvieras tiempo para visitar un museo durante tu viaje a Florencia, debería ser la Galería de los Uffizi. Museo de prestigio internacional, el de los Uffizi es uno de los más opulentos de Italia, donde podrás admirar obras maestras absolutas del arte renacentista. Contempla la Venus y la Primavera de Botticelli, la Anunciación de Leonardo, la Venus de Urbino de Tiziano, el Doni Tondo y muchas otras obras que han marcado la historia del arte. El museo es muy grande, por lo que para aprovechar al máximo la visita te recomendamos que te apuntes a una visita guiada.
5. No se pierda la Galería de la Academia
Aunque la estatua del David de la Piazza della Signoria es impresionante, para ver la obra original de Miguel Ángel hay que visitar la Galería de la Academia. Este museo alberga varias pinturas y esculturas italianas muy importantes, lo que lo convierte en una visita obligada para los amantes del arte. Y, por si fuera poco, el propio edificio, originalmente destinado a academia de bellas artes, es en sí mismo una obra de arte.
6. Descubrir las Capillas de los Médici
Las Capillas de los Médici se encuentran dentro de la Basílica de San Lorenzo y, aunque no figuran entre las atracciones más famosas de Florencia, bien merecen una visita. Son el mausoleo de la familia Médici, cuyas tumbas están decoradas con maravillosas esculturas de Miguel Ángel y otros artistas del Renacimiento. La Sacristía Nueva, diseñada por Miguel Ángel, es una joya arquitectónica. Sus figuras alegóricas y símbolos reflejan el poder de la dinastía Médici. Y luego está la Capilla de los Príncipes, realizada íntegramente en mármol y piedras semipreciosas. Un auténtico viaje en el tiempo y un placer para los aficionados al arte y la arquitectura.

