La aventura comienza en Kirkjufell, "La Montaña de la Iglesia", y la cascada Kirkjufellfoss. Esta icónica montaña estrecha se ha convertido en el punto de referencia de Snæfellsnes en los últimos años. Se hizo famosa tras ser presentada como la "Montaña Punta de Flecha" en Juego de Tronos. La fuerza erosiva de los glaciares durante la última glaciación, hace unos 12.000 años, le dio su forma.
Luego, hacia la costa sur de la península, se encuentra un pueblo con solo un hotel y una pequeña iglesia negra llamada Búdakirkja, que se alza solitaria entre un campo de rocas volcánicas. Sin duda, esta pintoresca capilla tiene un aire romántico y es un verdadero atractivo del lugar.
Después, visitará el pequeño pueblo pesquero, con pintorescos acantilados costeros, creados por el magma incandescente que choca con las olas del Atlántico. Conocido en Islandia como el puerto más hermoso del país, la erosión, tras miles de años, ha formado hermosos arcos de piedra y un extraordinario géiser marino.
Continúe hacia Ytri-Tunga, una playa de arena que esconde un pequeño secreto junto al mar, tras las casas de campo... ¡una colonia de focas! A las focas les encanta pasar el tiempo en las rocas de esta hermosa playa. Son amigables y curiosas, y treparán por las rocas para que pueda avistarlas desde lejos.
Visitará Lóndrangar, un par de pináculos rocosos en Islandia, restos de un cráter más grande que prácticamente se ha erosionado. Impresionantes sobre toda la costa sur, Lóndrangar, un conjunto de pináculos basálticos de 75 metros de altura, marcan el futuro. Albergan una gran variedad de aves marinas, fulmares boreales, frailecillos y otros animales.
Luego, diríjase a la playa de arena volcánica negra y piedras donde durante siglos los pescadores islandeses remaron hacia las fértiles zonas de pesca del océano Atlántico. En 1948, un barco pesquero británico encalló en los arrecifes de arena de Djúpalónssandur. Cinco hombres perecieron, mientras que 14 fueron rescatados por equipos de rescate locales. Los restos del barco aún permanecen allí, esparcidos por la playa como un inquietante recordatorio del asombroso poder de la naturaleza.
Finaliza en el cráter volcánico de Saxhóll. Formado hace más de 4000 años, este cráter volcánico es accesible a través de una escalera de hierro, lo que permite realizar una excursión. La caminata no es muy exigente y ofrece una vista panorámica de 360° de los campos de lava con el glaciar Snæfellsjökull alzándose sobre él.
