El Palacio Domecq es el máximo exponente arquitectónico del barroco jerezano del siglo XVIII construido por la aristocracia y la burguesía bodeguera establecida en la ciudad.
De planta cuadrangular, está estructurado por un gran patio central de mármol italiano, y una fachada de tres pisos con majestuosos balcones que dan paso a una de las mejores vistas de Jerez.
Alrededor del palacio podrá admirar pinturas, tapices, esculturas y materiales nobles traídos expresamente de Italia, Flandes y Francia, que lo convierten en un conjunto artístico y cultural único y excepcional.
